No cabe duda alguna de que las empresas saludables están experimentando un gran auge en la actualidad. Seguramente hayas oído hablar mucho sobre ellas en los últimos tiempos.
De hecho, organismos como AENOR, han certificado ya a cientos de empresas, mientras que el INSST (Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo) lleva acreditadas decenas de compañías saludables desde el año 2014, fecha en la que empezó a otorgar este reconocimiento a la labor de las empresas en la promoción de la salud en los entornos de trabajo.
Si quieres saber más sobre qué es una empresa saludable, visita nuestro artículo al respecto aquí.
En este artículo abordaremos cómo las empresas saludables están empezando a cambiar el modelo de empresa y gestión empresarial que habíamos conocido hasta hoy, logrando mayores beneficios en diversas áreas de la compañía.
¿Qué es un entorno laboral saludable?
Cada vez son más las voces que afirman que la riqueza de una empresa depende de la salud de sus trabajadores, algo que la OMS (Organización Mundial de la Salud) ha venido impulsando desde el 2007.
Pero pese a lo mucho que se habla sobre ello, lo cierto es que muchas personas siguen sin comprender en su totalidad el concepto de empresa saludable. Para ser una empresa saludable no es suficiente con poner fruta en la oficina u organizar juegos lúdicos para los trabajadores de la compañía. Muchas de estas acciones, desde luego, son positivas y pueden ayudar en la motivación de los empleados, pero como actuaciones aisladas, sin un objetivo y planificación, difícilmente convertirán a ninguna empresa en una empresa saludable.
Estamos en un cambio del paradigma en los entornos laborales fruto de la introducción del teletrabajo y del cambio del rol de las oficinas. Las oficinas ya no volverán a ser cómo antes, y los retos son otros. Hay muchos retos por superar, pero también muchas oportunidades para mejorar el lugar de trabajo.
¿Y qué son empleados saludables?
La definición de empresa saludable ha ido adaptándose en los últimos tiempos hasta llegar al modelo actual. En un principio, se partía desde un casi exclusivo enfoque sobre el ambiente físico de trabajo, centrado en el esquema tradicional de la salud y seguridad ocupacionales, que posteriormente se ha ampliado hasta incluir los hábitos de salud y el estilo de vida de los trabajadores, factores psicosociales como la organización del trabajo y la cultura de trabajo y otros aspectos, como el establecimiento de nexos con la comunidad. En general, en la actualidad, la definición de empresa saludable atañe a todo aquello que pueda tener un profundo efecto en la salud del trabajador. Consiguiendo de esta manera a empleados saludables, que tendrán unos niveles de creatividad y productividad mucho más elevados. Además de un mayor sentimiento de pertenencia.
Atendiendo a esto último, queda claro que tanto el espacio como el entorno en sí mismos hablan por las organizaciones. Y es que, durante los últimos 100 años, la tónica general en el mundo industrializado ha sido la creación de entornos de trabajo uniformes y homogéneos, de acuerdo con criterios preestablecidos que buscaban la mayor productividad posible.
Sin embargo, estudios recientes como la encuesta Leesman sobre la satisfacción en el lugar de trabajo “The Next 250K, September 2017”, -en paralelo a otros ensayos e investigaciones científicas- confirman exactamente lo contrario y, han arrojado datos reveladores acerca de la realidad en los entornos laborales.
Después de encuestar a más de 250 000 empleados en 2 200 lugares de trabajo de 67 países, se demostró que el 57% de los empleados considera que su lugar de trabajo afecta de forma negativa a su productividad. Los hallazgos muestran que una gran cantidad de trabajadores tienen que trabajar en lugares y entornos que no apoyan su jornada laboral básica, lo que lastra severamente su capacidad de contribuir de forma positiva al éxito empresarial y por tanto, al bienestar general de la compañía.
Las empresas saludables como espacios generadores de salud
En una época en que la OMS ha calificado al estrés como la «epidemia de salud del siglo XXI», ¿pueden realmente las empresas ofrecer un camino significativo para el cambio?
En la actualidad, existen evidencias suficientes que indican que los espacios de trabajo mal diseñados aumentan el riesgo de asma, diabetes, un índice de masa corporal deficiente y la fatiga general, mientras que los lugares de trabajo cuidadosamente diseñados permiten a los empleados salir de la oficina sintiéndose mejor que cuando llegaron.
No cabe duda de que existen numerosos factores que pueden influir en gran medida en la capacidad de una persona para ser altamente productiva, pero el lugar de trabajo físico juega un papel indispensable.
Más allá de otros aspectos, el espacio físico es la mejor expresión de la cultura de la empresa y uno de los mayores elementos transformadores que poseen las organizaciones para motivar a sus empleados.
Un reporte de Human Spaces sobre el Impacto Global del Diseño Biofílico en los lugares de trabajo, reveló que los empleados en entornos con elementos naturales reportan un 15% más de bienestar, son un 6% más productivos y un 15% más creativos en general. En definitiva, no cabe duda de que cuanto más saludable sea el lugar de trabajo de los empleados, mejores resultados ofrecerán estos a la empresa.
Ventajas de las empresas saludables
Si tenemos en cuenta que la propia OMS menciona que los problemas de salud relacionados con el trabajo ocasionan pérdidas que van del 4 al 6 % del PIB, podemos llegar a comprender el impacto que las empresas saludables tienen en la sociedad y la preocupación que este problema genera en la comunidad empresarial.
Y es que cuando hablamos de salud y bienestar en el trabajo, nos referimos a una gran cantidad de beneficios asociados. A continuación, describimos algunas de las ventajas más destacables que conlleva adoptar esta metodología en cualquier compañía.
- Rendimiento: gestionar el estrés y las emociones ayuda a mejorar el clima laboral, prevenir lesiones y a pensar saludablemente para lograr un mayor rendimiento.
- Salud: las empresas saludables, con sus acciones, promueven la salud y la mejora del estado físico, mental y emocional del empleado, lo que repercute en una notable reducción de la accidentabilidad y las enfermedades.
- Inversión: la reducción de la siniestralidad dirige las acciones hacia un enfoque preventivo, que ocasiona un mayor retorno de la inversión: menor coste por absentismo, presentismo y enfermedades laborales.
- Reputación: asimismo, estas empresas ven fortalecida su reputación corporativa, puesto que se les reconoce como una empresa saludable que busca el bienestar de sus trabajadores.
Colaboradores Saludables
Cada vez existen más estudios que demuestran los beneficios que tiene contar con colaboradores saludables, convirtiéndose en uno de las inversiones, sino la que más, con mayor retorno de la inversión. Crear una vida saludable en el trabajo es uno de las vías que permitirán reducir los niveles de rotación de personal e incrementar el sentimiento de pertenencia.
Especialmente importante en esta época que vivimos donde cada vez es más complicado encontrar a personas que encajen con nuestras necesidades y luego el reto de mantenerlos dentro de la organización con su adecuado nivel de motivación y productividad. ¿Te sumas al cambio?
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Fuente: Simbiotia